La música existe con el propósito de cultivar un corazón admirable.
Shinichi Suzuki
Quién soy
Me llamo Inés, soy violonchelista y profesora de Técnica Alexander. La música me ha acompañado durante toda mi vida.
Aunque desde muy pequeña toqué el violín, el violonchelo es el instrumento que me ha acompañado desde que tengo 9 años. Eso me ha permitido durante la infancia y la adolescencia conocer amigos del alma, entender el compañerismo al tocar con ellos en grupo, contagiarme de la pasión por la música y el arte de la mano de grandes profes y músicos, ver la recompensa del trabajo y la constancia, el valor de la escucha, sentirme conectada por medio de un idioma universal con gente de otros países, emocionarme desde dentro con la fuerza de una orquesta…la lista es interminable.
Creo que aprender a tocar un instrumento es una experiencia muy enriquecedora, y por ello me apasiona la pedagogía del violonchelo: es volver a transitar el sendero del aprendizaje, el crecimiento y la ilusión una y otra vez.

Método Suzuki

Método de la lengua materna
Suzuki se dio cuenta de que los niños aprendían el idioma materno siempre de una forma muy similar, y con gran éxito. Intentó extrapolar todos los elementos comunes en este tipo de aprendizaje a la enseñanza de la música: comienzo temprano, escucha, aprendizaje por repetición, entorno positivo, respeto por el ritmo de aprendizaje, confianza en las capacidades, postergación de la lectura…

Educación del talento
Para Suzuki el talento no es innato, sino que se va educando si se dan las condiciones necesarias. Todos los niños pueden beneficiarse de la actividad tan completa que es aprender un instrumento.

Primero tocar, luego leer
Igual que en el aprendizaje de la lengua hablada se aprende primero a hablar y luego a leer y a escribir, en el aprendizaje musical se enseña primero a cantar y a tocar y después se introduce la notación musical. Es un proceso experiencial: de la práctica a la teoría.

El papel de los padres
Tienen un rol fundamental en el aprendizaje musical, igual que lo tienen en el aprendizaje de la lengua materna. El “triángulo Suzuki” está formado por el alumno, los padres y el profesor. Al principio es equilátero, con colaboración de los padres dentro y fuera de las clases; pero poco a poco irá volviéndose un triángulo isósceles, con más independencia del alumno. Los padres no tienen que saber música, aunque se suele recomendar que aprendan unas nociones básicas del instrumento al principio.

Repertorio común e internacional
Una de las cosas más bonitas del método es que el repertorio de los alumnos es común e internacional: esto quiere decir que el alumno puede hacer música con alumnos de otros profesores, incluso de otros países. Es un método extendido internacionalmente, con todas las ventajas que ello conlleva.

Comienzo temprano
Entre los 3 y los 6 años es el momento ideal para empezar, si bien es cierto que nunca es tarde para disfrutar de la música.

El juego en el aprendizaje
Como en el aprendizaje de la lengua materna, es fundamental la repetición. Pero aquí el juego y la creatividad adquieren mucha importancia, para que el proceso siga siendo estimulante y atractivo.

El profesor Suzuki
Los profesores Suzuki son instrumentistas con estudios superiores que han realizado un estudio intenso de la metodología, con vocación pedagógica y en formación continua.
“La enseñanza de música no es mi propósito principal. Deseo formar a buenos ciudadanos, seres humanos nobles. Si un niño oye buena música desde el día de su nacimiento, y aprende a tocarla él mismo, desarrolla su sensibilidad, disciplina y paciencia. Adquiere un corazón hermoso”
Shinichi Suzuki